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lunes, 5 de agosto de 2013

La soja: Un ayuda para todos.

 
La soja se trata de uno de los mejores aportes de proteínas de origen vegetal. También nos aporta sales minerales, oligoelementos y otras enzimas que solo podemos extraer de los vegetales. Desde siempre ha sido un alimento de tradición oriental y hoy en día sigue siéndolo, pero en el mundo actual, que tiene una globalización en todos los aspectos cada vez más desarrollada, la soja se ha expandido por todo el planeta.

Las nuevas industrias de producción masiva y las técnicas de distribución también han colaborado en la difusión de este alimento y esto ha mejorado su consumo en occidente. La soja se consume tanto natural (aunque no resulte muy cotidiano para los occidentales) como también en salsas, aceites y productos dulces, también puede tomarse como sustituta de la carne, motivo por el que recibe el nombre de carne vegetal. Su valor nutricional es algo que resulta incuestionable, y los estudios que se han realizado sobre su papel como precursora de las hormonas la han puesto en un lugar muy elevado cuando se trata de aconsejar a personas que tengan disfunciones endocrinas como pueda ser las personas mayores, sobretodo las mujeres que entran en la menopausia. Los glúcidos presentes en la soja no contienen lactosa, y son perfectos para los intolerantes a la lactosa. Y por eso los derivados de la soja (leche, yogures…) están indicados para esta afección.

Como comentábamos antes, la carne vegetal, tiene una concentración de proteínas muy alta, y además su valor biológico es óptimo. El valor biológico se trata en los aminoácidos que componen sus proteínas y lo que se parezcan a los necesarios para construir nuestras proteínas. Esto es ideal para las personas que optan por la comida vegetariana, pero también para deportistas, dietas estrictas y gente que tenga que cuidarse.  Contiene muy pocas grasas y además, estás son buenas. Por esta razón resulta excelente para la gente que ha de controlar su colesterol o su azúcar.

La soja también nos aporta muchísimo hierro, de manera que es un apoyo en los casos de déficit de este nutriente, aunque desgraciadamente no es tan biodisponible como el que proviene de los animales. Pero si asociamos la soja a otro tipo de legumbres o de verduras frescas verdes e incluso con los cereales, podría llegar a cumplir el cupo de requerimientos nutricionales. Para los deportistas, además, resulta perfecta, ya que si unimos lecitina de soja con el ejercicio físico aeróbico regular, caerán drásticamente los valores de colesterol, y mejorará las patologías relacionadas con este problema, incluso pudiendo prescindir de la farmacología, que tiene efectos secundarios desagradables. Dada como ayuda con los medicamentos para el colesterol excesivo, si no eliminarlos, ayuda a disminuir las dosis necesarias, y mejora el pronóstico de riesgo cardiovascular.

También ayuda en la prevención del cáncer ya que los  estrógenos vegetales que hay en la soja ayudan a proteger de la formación de tumores (en especial el de próstata). Como decíamos antes también se usa mucho para la llegada a la menopausia o incluso antes con carácter preventivo, retardando su aparición y calmando las variaciones de temperatura típicas y el insomnio. La soja es tan útil, que con solo 50 gramos al día podemos mejorar otros problemas de la edad como la osteoporosis.

Se está investigando la repercusión de una dieta rica en soja contra el dolor, pudiendo llegar a utilizarse en un futuro como vía alternativa a la morfina, pero este es un campo que todavía queda muy inexplorado. Disfrutemos por el momento de todo lo demás que nos ofrece está legumbre casi mágica.

 


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